YOM HAZIKARON 2018

 YOM HAZIKARON 2018

Mtra. Jessy Turkieh Mouadeb

Coordinadora de Hebreo del Colegio Monte Sinaí

El pueblo judío ha sufrido a lo largo de la historia el verdadero significado de la persecución, el sacrificio y la lucha para sobrevivir, a pesar de su voluntad de vivir en paz y en armonía con otras naciones. El heroísmo de sus hombres y mujeres que lucharon y cada día siguen enfrentando la amenaza de las organizaciones terroristas, es evocado en un memorial construido en el Monte Herzel, llamado “Even lekol Jalal”         (Una piedra en memoria de cada soldado caido). Es el símbolo de un país y de su pueblo; cada persona y su historia de vida importan, forjan la grandeza de la nación. Este año, el Colegio Hebreo Monte Sinaí fue sede de la ceremonia central de Yom Hazikarón, y ante la presencia del apreciable embajador del Estado de Israel en México, Jonathan Peled, los jóvenes de las preparatorias de la Red Judía y toda la comunidad educativa, rendimos homenaje a los caídos, a los soldados y a las víctimas del terrorismo; a aquellas pérdidas personales que se expanden en un duelo profundo en la inmensidad de una nación completa llevando su eco de dolor hasta nosotros, hasta la diaspora, con una solemne ceremonia bajo el nombre “ Even lekol Jalal”.

Siempre que algo fuerte pasa decimos que la vida sigue, ¿La vida sigue? eso es totalmente falso; cuando un joven soldado que apenas comienza su vida cae, la vida no sigue. Cuando alguien cercano muere, la vida no es la misma, no es la que solías conocer, la vida termina; la familia sigue siendo familia pero es otra, los padres cambian, la forma de sentarse alrededor de la mesa se modifica, la forma de recordar las experiencias que se vivieron, se transforma convirtiendose en un album de memorias. Así escuchamos el testimonio de dos jovenes caidos; Amit Yeori y Max Steinberg, quienes sacrificaron su vida por la lucha permanente por la defensa del Estado de Israel, sus hermanos y padres lloran su ausencia y nos cuentan la gran persona que eran, nos comparten que la vida no sigue, se vuelve silenciosa, se detiene y comienza de nuevo, diferente… las heridas de la pérdida nunca sanan realmente.

Nunca podemos  olvidar que perdió la vida un ser humano, un individuo que a la vez es un hijo, un hermano, un padre, un todo.

Definitivamente, los soldados caídos son el terrible y doloroso precio de la decisión del pueblo judío de ser dueño de su destino y de volver a su patria; de vivir su cultura en un marco nacional libre y a nosotros solo nos queda reflexionar, unirnos a la pena de las familias y desear que pronto llegue la paz.